Una de las características más curiosas de la vida en Miami es la cantidad de animales que lo rodean a uno.
Por su ubicación geográfica y su clima subtropical, esta ciudad posee una fauna de la que pocas urbes se pueden jactar. Yo comparto mi rutina diaria con pelícanos, iguanas, sapos, culebras, zarigüeyas, salamandras, tortugas, gaviotas y cuervos.
No es lo mismo convivir en una ciudad con animales silvestres que hacerlo con perros y gatos. Uno no se siente dueño de ellos, se siente vecino.
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Aunque el título del blog anterior, "Mamá se fue a la guerra", era básicamente irónico, llegó un comentario a la bitácora que nos recordó aquellas mujeres que en el pasado han parido durante campañas militares.
La referencia histórica se la debo -y se la agradezco- a Eduardo Roberto Sala, un lector que suele escribir este blog conmigo desde la Patagonia argentina.
Y se la agradezco porque en estos tiempos donde vivimos una dictadura del presente y del "pasado pisado", es saludable que alguien se tome el tiempo de hacer un poco de Historia.
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Disculpen ustedes que, tras el blog de la semana pasada, vuelva a escribir sobre mi futura paternidad; pero sabrán entender que ese niño no ha esperado a nacer para convertirse en el protagonista de todas mis historias.
La casa ya gira en torno a él, o mejor dicho a sus muebles: la cuna, la mecedora y el armario con su ropita; e incluso llegan a la oficina de la 鶹ҳ en Miami muestras gratis de pañales y publicaciones para padres inexpertos.
Hasta este momento yo pensaba que era totalmente consciente de lo que ocurría con el embarazo, me sentía un marido comprensivo interesado por todo lo que le pasaba a su mujer y un padre moderno preparado para recibir a su hijo en la sala de parto, hasta que asistí a un curso pre-natal y me di cuenta que no sabía absolutamente nada.
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Existe una frase -más que gastada de tanto uso- que dice que la realidad es en ocasiones más sorprendente que la ficción.
En esas ocasiones, los noticieros televisivos, programas de radio o periódicos -cuya misión es tratar de procesar, resumir e informar esa realidad- se asemejan a un museo de arte moderno y las noticias... un conjunto de obras surrealistas en exposición.
Este sábado 30 de septiembre, el publicó cuatro de estas historias difíciles de comprender (tres de ellas en primera plana) y curiosamente todas tenían a menores de edad como actores primarios o secundarios.
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