La felicidad sexual de las ecuatorianas
Tal vez será que la felicidad es cosa de palabras, un estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien, una satisfacción, un gusto, un contento de cada uno y de todos, parte del espíritu de la ley, como vimos hace casi un año en el ejemplo de la Venezuela de antes y la de ahora.
Pero a nadie se le habría ocurrido que llegara el momento de legislar sobre el derecho a la felicidad sexual. Hasta que la diputada ecuatoriana María Soledad Vela propuso lo que propuso y los medios dijeron cosas que la diputada no dijo.
Lo que la diputada propuso fue que las ecuatorianas -y sin duda las extranjeras que estuvieran en territorio ecuatoriano- tienen derecho al disfrute sexual.
Lo primero que hay que establecer es la diferencia entre felicidad y disfrute, porque muchos de mis colegas no pudieron hacerlo o no se preocuparon por hacerlo.
La felicidad es un estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien, una condición del ser, una forma dulcemente fugaz del espíritu.
El disfrute también es algo interno pero tiene más que ver con los sentidos; intensamente fugaz, sobre todo carnal, flor de un momento.
Es verdad que uno es feliz y que uno disfruta sin fijarse mucho en vainas semánticas.
No se trata de dar un derecho a quienes lo tienen
Pero la diputada Vela no buscaba el derecho de las ecuatorianas a la felicidad sino el derecho de las ecuatorianas al disfrute sexual, y su propuesta no prosperó.
Es verdad que durante tres semanas se debatió sobre el derecho de las mujeres a tomar decisiones libres, informadas y responsables, sin coerción, violencia o discriminación de ningún tipo sobre su vida sexual, incluídos el disfrute y la opción sexual.
La atención política del país se ocupó del tema durante un tiempo considerable si se toma en cuenta que las legislaturas son cuerpos ocupados, válgame el giro.
La curiosidad mundial le dio un vistazo a la noticia -aunque haya cambiado las palabras como vimos- y se olvidó del asunto al tercer día.
Pero algo es algo, según la propia diputada Vela, quien veía en su propuesta un acto encaminado a crear conciencia.
La legisladora no buscaba dar un derecho a quienes lo tienen sino "despertar a quienes lo han negado". Como debe ser.
Tiene razón el clásico
Claro que siempre hay quienes prefieren ver en la iniciativa la voluntad de instalar orgasmos por decreto en vez de aceptar que en Ecuador, como en el resto del mundo, hay desigualdad sexual, hay violencia sexual y hay abusos sexuales.
Por eso, el caso ecuatoriano sirve también como ejemplo de lo que puede pasar cuando los poderes públicos legislan sobre cosas personales como la felicidad y el disfrute sexual.
La ley no puede ofrecer ni una ni otra, ni puede sancionar a quien las niegue o las escatime, ni tendría por qué hacerlo. Cada quien es feliz como puede y cada quien disfruta a su manera.
Pégame, dice el masoquista. No, dice el sádico. Quién les va a decir que la cosa no es así porque una ley lo prohibe.
Y si la ley -que establece el derecho de todos- no puede intervenir en ese territorio sagrado que es la vida privada de cada quien, nadie más tiene autoridad para hacerlo.
El disfrute sexual de las ecuatorianas es cosa de cada una de las ecuatorianas porque la vida es así. El Estado tiene -y debe seguir teniendo- límites.
Una cosa es ofrecer información sexual y ayuda a quien la necesita, y otra es garantizar que todas tienen derecho a ser felices y disfrutar los placeres de la carne.
Caras vemos, genitales no sabemos, dice el clásico. Tiene razón.
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bueno, que mas puedoo decir,es verdad todo lo que dice el analisis, la intimidad es la intimidad, como su propio nombre lo dice.
quien viola la intimidad de ls personas es por que las viola siplemente.aun siendo el estado,llamese como se llame.
Miguel, muy interesante sus comentarios. Hay miles y miles de teorías acerca de las mujeres y como disfrutamos la intimidad...cada mujer es un cuerpo y un mundo, y es extremadamente difícil tratar de asociar esto a una legislación...La foto es hermosa ¿la hizo usted?. Saludos.
Sra. Valentina Vitols me parece una burla que ud. diga que hermosa foto cuando lo que hacen con esa foto es degradarnos a todas las ecuatorianas mostrando al mundo que las ecuatorianas somos en la mayoría indígenas, sin rechazar nuestras raíces quiero indicarle q con la foto sólo muestran pobreza e ignorancia, pero no indica la realidad de las mujeres ecuatorianas, para su mejor información y para que emita comentarios con conocimiento de causa me gustaría que viniera a Ecuador y conozca la cultura para que así se de el lujo de opinar.
Una pregunta, hasta cuando se seguiran utilizando imagenes de indigenas para representar temas relacionados con ecuador?, estoy de acuerdo somos un pais andino, la poblacion indigena llega apenas al 20% de la poblacion lo cual no es un porcentaje despreciable, pero ojo y e otro 80%, solo lo pongo a consideracion del autor de la nota, y acabemos con los estereotipos
muchas gracias
La foto es a proposito, se quiere dar una imajen, que el periodista sabe que no es real, somos los ecuatorianos blancos,negros,mestizos e indigenas, siempre sacaran esas fotos de indigenas pobres, nunca los otrs indigenas, Ej Otavaleños, limpos, cultos,educados, economicamente bien,comercientes prosperos, gracias si Ud toma en serio lo que digo, es la verdad
Yo soy ecuatoriana y me da mucha pena leer los comentarios de Evelyn Chavez y Santiago Garcia, me pregunto por qué les afecta tanto una foto de mujeres indígenas? acaso no son ellas tan bien ecuatorianas? cual es el problema. Esa es la riqueza de Ecuador la diversidad, una mujer negra, cofan, shuar, huaorani,siona,cayapa, etc también nos hubiera representado, tenemos varias nacionalidades y razas. Sus comentarios solo me dicen lo mucho que tenemos que trabajar para terminar con la discriminación y las mentes angostas mestizas en nuestro país, todos somos responsables por la pobreza y la ignorancia de nuestro país.
Señor García,
Le agradezco su comentario y le doy una explicación, que en realidad son dos.
Yo no elegí la imagen que aparece en este blog. En ningún medio el autor decide cómo ilustrar lo que se publica, porque esa una decisión de los editores.
Pero creo que de todos modos la imagen ilustra con precisión quiénes son las ecuatorianas que sufren con más intensidad los problemas de la violencia y la discriminación sexuales, aunque no dudo que haya víctimas de este fenómenos entre las ecuatorianas de clase media y alta.
La historia que cuento no es sobre la composición étnica del país sino sobre el conflicto que encuentro entre la ley y el disfrute sexual. Lo demás es detalle.
Saludos.
Muchas gracias por su atencion Miguel
Pues no soy de clase alta, ni siquiera podria catalogarme de clase media por lo tanto no me considero perteneciente a ninguna elite, mas bien me defino como mestizo.
Con respecto al comentario de Monica, no tengo ninguna verguenza con respecto a las mujeres en la foto, son tan ecuatorianas como yo o cualquier otro ciudadano nacido en esta tierra, pero creo en un ecuador pluricultural, y justamente por ello es que considero importante que se puedan dar a conocer mas detalles sobre nuestro pueblo.