Caminando por el malecón de Guayaquil los encontré. Dándose la mano, manteniendo cierta distancia como para estudiarse mejor. La gente se acerca, se toma fotos, pero ellos no desvían la mirada uno de otro, quizás con admiración, quizás con desconfianza.
A Guayaquil llegamos con la producción de 鶹ҳ Enlace para producir una serie de programas sobre la emigración y el exilio de este pueblo ecuatoriano, una realidad que no les fue ajena a ninguno de los dos hombres que no puedo parar de observar.
Aquí nos cruzamos con la estatua que recuerda el encuentro de San Martín y Bolívar el 26 y 27 de julio de 1822. "Presiento que América no olvidará el día en que nos abracemos", le escribe uno al otro antes de la histórica reunión. ¿Pero fue así?
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El , por fin, en una actividad realmente internacional. Y esto debe interesar a los aficionados de cualquier deporte.
, y Argentina está a punto de ser admitida en el Tres Naciones, el torneo de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, grandes potencias del hemisferio sur.
Todo esto hubiera sonado ridículo o al menos fantasioso hace unos meses.
¿Qué dice? ¿Que sólo le interesa la y los resultados de la quiniela? Vamos, hombre, haga un esfuerzo y abra la ventana al rugby, aunque más no sea por unos días.
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De todas las experiencias nuevas que he vivido en Miami, como aprender a manejar, alentar un equipo de béisbol o festejar el Halloween, debo destacar como la más insólita mi visita a mediados de febrero al despacho de un contador para llenar mi declaración de renta.
Yo nunca, ni en Buenos Aires ni en Londres, había recurrido a los servicios de uno. Sólo los trabajadores autónomos o aquellos bendecidos con grandes ingresos lo hacían. Yo siempre trabajé en relación de dependencia y desde que elegí de profesión el periodismo supe que jamás sería un potentado.
Pero el sistema impositivo estadounidense tiene sus particularidades y los ciudadanos de este país asumen, en general, una posición mucho más activa con respecto a sus impuestos, ya que la pasividad les puede costar dinero.
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En los días malos, de esos que todos tenemos (si hasta el gran tenor peruano dejó escapar un gallo el año pasado), es difícil refutar al cínico, para quien la importancia de un acontecimiento deportivo se mide por la cantidad de tramposos que participan.
Muchos pícaros, gran importancia; pocos tramposos, ninguna importancia.
(Para el cínico, el día en que el se quede sin tramposos, no llamará la atención de nadie y caerá en el olvido. ¿Tú estás de acuerdo?)
El fin de semana pasado, nada menos que fueron sancionados antes de la largada de las , la prestigiosa carrera que abre la temporada de la del automovilismo de Estados Unidos. Este es un número récord de pícaros para una sola carrera.
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Algunos jugadores del salieron de parranda el otro día, en Portugal, y uno de ellos, borracho, atacó a otro con un palo de golf (según una versión) o un bate de béisbol (según otra).
Los despertaron a media población, dejaron por el suelo el prestigio del club y revivieron un antiguo prejuicio: que los británicos beben para pelear y no para divertirse, como se supone que bebe gente de otros países.
Aunque yo he escrito antes sobre esta notable diferencia, quiero dejar en claro que muchos comentaristas británicos hacen la misma distinción.
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La pasión, la paranoia y la imprudencia de pueden liquidar la fantástica aventura de este de , la más cautivadora de los últimos años en el fútbol internacional.
Todo vestuario es un polvorín. Los egos son barricas de pólvora y cualquier malentendido o divergencia puede servir de detonador.
Todos, jugadores, dirigentes y cuerpo técnico, deben moverse en puntas de pie para evitar una calamidad. Una chispa y adiós. Es por eso que la primera regla, en todo vestuario, es “los problemas los arreglamos adentro: a los de afuera, apenas el saludo”.
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Primero fue mi correo personal, pero pensé que con abrir otra cuenta bastaba. Después fue el correo de la 鶹ҳ, pero como no era mi correo personal, no tomé medidas. Ahora ha invadido con voracidad inusitada todo el blog y quiero hacer algo, pero ya es demasiado tarde.
No sé si lo habrán notado, pero tanto mi colega Lalo como yo hemos tenido problemas gravísimos para publicar comentarios. La herramienta de blogs de la 鶹ҳ está recibiendo más de 30.000 spams al día y -agobiada- ha decidido reaccionar de una forma por demás absurda.
Consultando internet, supe que el spam no era mi único enemigo. Sin saberlo, he sido víctima todos estos años de spim, spoofin, botnets, phishing y quien sabe si también del "Señor Splog" y su splogósfera.
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El ministro británico de Finanzas, , acaba de apostar su camisa por la postulación de Inglaterra para organizar el Mundial de Fútbol de 2018.
Sostiene que, con los Juegos Olímpicos de 2012 y el Mundial de 2018, Gran Bretaña puede convertirse, por la magia del ejemplo, la voluntad y el dinero, en una gran nación deportiva. Hoy mismo, el ministro visitó el estadio de (que posiblemente esté terminado en el 2018, je, esto es un chiste) para lanzar en forma simbólica la campaña.
Tengamos en cuenta que Brown es escocés, y que en circunstancias normales un escocés jamás respaldaría el derecho de Inglaterra a acoger un Mundial, porque eso entrañaría el terrible riesgo de que lo ganase (y a los escoceses no les gusta que los ingleses ganen).
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Anoche, , con gol del conejo. El pato, respaldado por el ratón, no fue muy inquietado por caracortada y sus compañeros. Buen debut del pintita y bueno, podemos escribir una crónica completa sin mencionar un sólo nombre. Únicamente apodos.
El fútbol, como fenómeno popular, comparte la extendida afición por los apodos. Caramba, si hasta la FIFA lo reconoce. ¿Cuáles son tus favoritos?
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En los dos acuarios que visité en Europa, los peces, los tiburones y los cetáceos nadan tranquilos, indiferentes detrás de los vidrios. En el , las ballenas saltan, las focas aplauden y todos los delfines se creen Flipper.
No descubro la piedra filosofal si digo que los estadounidenses tienen una capacidad única de convertir lo que tocan en espectáculo y el es uno de los mayores exponentes de su poder de alquimistas.
Miami celebró este domingo la edición número 41 de la final del fútbol americano y yo, que nada entiendo de este deporte, no pude dejar de presenciar el brillo de tanto oro... hasta quedar un poco ciego.
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En un mundo de tribus, que esto es el deporte, los adversarios no suelen ser amigos. Qué va, acostumbran a ser enemigos mortales. Por eso da gusto hablar esta vez de dos amigos que al mismo tiempo son adversarios.
Lovie Smith es el entrenador de los Osos de Chicago, y Tony Dungy tiene la misma responsabilidad en los Colts (Potros) de Indianápolis. Ambos se enfrentaron el domingo en el Super Bowl del fútbol americano, en el que .
Esta ha sido una de esas raras ocasiones en que el perdedor felicitó de todo corazón al ganador. Pues así debe ser, dirán ustedes; pero no lo es, digo yo.
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Cada vez que veo a Líbano en la portada de 鶹ҳ Mundo -y últimamente no han sido pocas las ocasiones- voy a mi correo electrónico y envío un mensaje a Londres a mi amigo Krikor.
Los mensajes no varían demasiado. ¿Están todos bien? ¿El misil no cayó cerca de la casa de tus padres? ¿Había algún pariente caminando cerca de donde explotó la bomba?
Pero la tragedia de la familia de mi amigo no comenzó hace décadas en Beirut. Sus ancestros sufren hace siglos por venir de otra tierra condenada, Armenia.
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