¿Prejuicioso yo?
"Yo no hablo español", me dijo. "Pero mi esposo sí", agregó. Ella se llama Phreddie y trabaja en una cafetería en Pendleton, en el estado de Oregon, donde paramos hoy a las 8 de la mañana.
"¿Y por qué tu esposo habla español?", le pregunté. "Porque trabaja en construcción y lo aprendió de tanto escuchar a las personas que trabajan con él", me respondió.
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"Si me hubieras preguntado diez minutos antes te lo presento. Él era el que estaba desayunando junto a ustedes", me dijo.
"¿Por qué no le pregunté antes?", me dije. "¿Por qué?"
La verdad es que no le pregunté antes por prejuicioso.
Normalmente, le atribuímos prejuicios a los otros, pero rara vez tenemos oportunidad de enfrentrarnos a nuestro propios prejuicios.
Cuando entramos Pendleton, vimos que era el típico pueblo del oeste americano, con sus tiendas de herramientas agrícolas, sus calles limpias y enormes hombres rubios que manejan camionetas que parecen diseñadas con ellos adentro.
La cafetería se llama Miss Patti y en la vidriera tenían dos afiches anunciando un rodeo animado por un disc jockey que se pone un sombrero de cowboy para pinchar los discos.
"Esta gente no solo no habla español, sino que además se van a ofender si les pregunto", pensé.
De modo que, para evitar problemas, me senté a desayunar.
Pero a la hora de pagar, me decidí a preguntarle a la señora que nos atendió. Nos había tratado muy bien y parecía dispuesta a conversar, así que junté ánimos y me lancé: "¿Hablas español?", le pregunté.
Y me respondió lo que ya les conté antes. Por diez minutos, por tímido y por prejuicioso me perdí la oportunidad de encontrar a un hispanohablante en Pendleton, Oregon.
Pero ya aprendí. Este viaje se trata de hablar con la gente que habla español, pero se trata también de superar los prejuicios y romper los estereotipos, empezando por los míos.
Así que de ahora en adelante voy a tratar de guardarme los prejuicios y preguntarle a todo el mundo "¿Hablas español?" aunque parezca que no.
Uno nunca sabe si la persona en la mesa de al lado tiene la historia que te va a salvar el día.
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ComentariosAñada su comentario
Qué interesante, José! Claro que entiendo que este viaje va a ser muy diferente del viaje anterior, y que tal vez no parezca que haya mucha gente que hable español en los sitios que van a visitar .... de hecho, eso mismo estaba pensando yo cuando vi tu itinerario. Pero se ve que nos podemos sorprender muchísimo .... espero que sí!
Como tu dices, no debes dejarte llevar por la apariencia. Tengo algunos amigos que viven aqui en Houston pero son de Oregon,Iowa y New York, a la primera impresion por su apariencia fisica tu piensas que no tienen ni idea de donde queda Sur America, sin embargo hablan mejor espanol que cualquiera de nosotros y han recorrido toda Latino America. Por lo tanto continuen con su mision que desde aqui les apoyamos y les seguimos los pasos.
Yo no creo que tu prejuicio era malo. Hay algunos prejuicios que tienen sentido. Por ejemplo, yo soy cien por ciento estadounidense. Tengo piel muy blanco y ojos azules. Yo no supongo que nadie pensaría que hablara español si me viera. Pero sí hablo. Sin embargo, la verdad es que la mayoría de la gente de estados unidos con piel blanco y ojos azules no habla español. Si yo fuera a Mexico o otro país hispano y yo viera a una persona que pareciera un local, yo no pensaría que el hablara inglés. Hablaría con él en español. Lo que quiero decir es que no todos los prejuicios son racistas. Sí existen prejuicios malos, pero a veces estamos simplemente utilizando nuestra inteligencia.
José, muchísimas gracias por fascinarnos con sus comentarios y observaciones interesantes acerca de su viaje a través de EE.UU. Es cierto que se encuentra a un montón de personas hispanohablantes no nativas (y soy una de ésas). Y entiendo perfectamente porque no esperaba encontrar a una persona que hablara español en un pueblito rural estadounidense. ¿Cómo no lo iba a pensar así? Bueno, le quiero asegurar de que sí nosotros los “gringos” que hablan español estamos en todas partes y le invito a pasar por Nueva Hampshire. ¡Saludos y que siga pasando muy bien su viaje!